Os transcribo el poema que leyeron en su despedida:
HIBISCUS
Durante días y noches
contemplo embebecido el rebrotar, la plenitud,
el agostarse y la caída.
Ha transcurrido el tiempo, y ya es diciembre.
Sentado frente al fuego,
miro las secas ramas hibernadas
y sé que volverá el milagro circular.
Por eso, en esta noche lenta,
he dejado dicho a quienes amo
que, en aquella Primavera de los otros
cuando yo sea recuerdo,
planten sobre mis restos
un tallo desgajado de esta planta.
Y en el julio imposible
me encenderé en los mediodías gozosos del estío
y volveré a la tierra con el cantar del grillo.
Seré así parte y savia de los ciclos
en el esplendor temporero del hibiscus.
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1 comentario:
Yo sentí algo parecido cuando murió mi padre. Fue el 29 de marzo, recién entrada la primavera. Como si el estallido de la vida anunciase un nuevo ciclo, un nuevo resurgir. Naturalezas muertas que vuelven a la vida...
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