viernes, 23 de julio de 2010

RARO, NO DIGO DIFERENTE, DIGO RARO

Resulta difícil sentarse a escribir sobre las personas que me resultan raras, pero anoche acepté el reto de Eva y Paco y aquí lo tenéis. Cuando usamos el término raro lo hacemos de forma intuitiva, por lo que intentar delimitar la intuición y darle una forma concreta me resulta extraño. Extraño es sinónimo de raro. Irónico, ¿verdad?. A estas alturas ya pensaréis que soy más rara que un perro verde. Y aquí quería llegar yo, ¿por qué consideramos raro un perro verde? Es muy sencilla la respuesta, porque no estamos acostumbrados a ver perros verdes. En consecuencia podría deducir que nos resulta raro aquello que nos es ajeno. Aquellas personas que visten, se peinan o se comportan de forma inusual. Pero ésta tampoco es la respuesta, estas personas sólo son diferentes. Hablaría entonces de pluralidad o de convivencia de culturas y esto tampoco me resulta raro. Además, inusual por definición está ligado a la experiencia de cada emisor que emplea la palabra en cada uso concreto. Así, etiquetamos como inusual, extraño o raro lo que nos es desconocido. A su vez, ciertos personajes o ciertas conductas son socialmente aceptadas como raras. Por lo tanto, el término raro podemos abordarlo desde la dimensión individual o la dimensión social. Una vez que me encuentro en esta encrucijada, sólo llego a una conclusión. Lo raro son dos cosas fundamentales: intentar escribir esta reflexión y decidir escribirla. Además lo extraño o lo inusual siempre me ha llamado la atención y en el fondo todos sabéis que me gusta lo raro. En este punto la argumentación se me hace imposible. Son arenas movedizas la intuición y el morbo. Por eso creo que en ocasiones lo habitual me resulta raro, porque me he acostumbrado a prestar atención a aquello que, por inusual, es capaz de romper el monótono ritmo cotidiano.

7 comentarios:

Eva dijo...

Como conclusión, y en relación con la conversación que derivó en esta propuesta: Qué más da si algo o alguien es raro; no hay que tener prejuicios.

dijo...

Efectivamente, de eso se trataba, de no tener prejuicios. Pero no sé si habrás escuchado alguna vez un refrán que pertenece al sociolecto de mi pueblo y demás de los alrededores, dice así: "quien le pone pegas a la burra es porque la quiere comprar".

La conclusión es buena, pero no me dices nada de si te ha gustao, tía que me ha costao un trabajo, jajjjajja, la verdad es que no ando muy inspirá.

Eva dijo...

Pues claro que me ha gustado. Está muy bien escrito, pero eso ya lo doy por descontado. Lo que yo quería es que aceptaras que no puedes ir diciendo: "es que es raro", y ya está (tampoco: "es raro, pero me gusta", porque supones que ser raro es una pega), aunque sí puedes decir: "es raro, y me gusta". Son cosas distintas.
Tó, ¡ea, apúntate a un gimnasio!

dijo...

jjajjajaj. Gimnasio en septiembre, que tengo la espalda destrozá de tanta silla y mesa de estudio. Lo que pasa es que la mayoría cierra en agosto y a estas alturas no me compensa. He estao mirando cursos de natación pero no me cuadran los horarios. A ver si un día de éstos aprendo a nadar que luego no me dé por ahogarme como en Calblanque aquella vez.
Con respecto al otro tema, y una vez decidido que me gusta lo raro, pensaré bien en el tema de la confianza y tomaré, sin prisas, una decisión. No obstante, la conversación de anoche y los deberes de escribir sobre el tema han sido de ayuda.
Para el resto de lectores del Imán Verbal, perdonen por escribir este comentario en dialecto. En Murcia no pronunciamos algunas letras y cuando uso el registro coloquial me resulta muy difícil escribirlas.

La Maga dijo...

Yo tambien mas de una vez me he puesto a desvariar pensando en la rareza, y me doy cuenta, sencillamente que la interpretacion de lo raro es amorfa. Nietzsche dijo que "no hay hechos, sólo interpretaciones". Ves ahi radica la rareza de las cosas. De la mera interpretacion amorfa de las mismas.

dijo...

Muchas gracias Maga, por seguir nuestro blog. Últimamente lo tenemos un poco abandonado, pero retomamos su ritmo, cuando todo va demasiado rápido queda poco tiempo para todo.

En cuanto a la rareza, aquí usamos coloquialmente una expresión que nos puede resumir la cuestión: "se me hace raro".

Anónimo dijo...

¡La que has liado, Toñi! Me encanta... El caso es que todo depende del sustantivo al que acompañe "raro" en el sentido semántico del término, claro. Así, el mundo está lleno de cosas raras, de situaciones raras, de comportamientos raros, de perros verdes... En cuanto a personas raras, el asunto se vuelve más delicado, porque según a ojos de quién, según los ojos que miran. Yo creo que no hay personas raras, todos "somos" personas bellas y perfectas, pero tenemos la mirada torcida, "estamos" por algún azar "enrarecidos", y todo lo vemos distorsionando la verdad desnuda. Al menos es así en mi mirada rara... jeje! Gracias por escribir a todos. Gracias también a ti, Maga, bienvenida!