LA VOZ A TI DEBIDA
Para vivir no quiero
islas, palacios, torres.
¡Qué alegría más alta:
vivir en los pronombres!
Quítate ya los trajes,
las señas, los retratos;
yo no te quiero así,
disfrazada de otra,
hija siempre de algo.
Te quiero pura, libre,
irreductible: tú.
Sé que cuando te llame
entre todas las gentes
del mundo,
sólo tú serás tú.
Y cuando me preguntes
quién es el que te llama,
el que te quiere suya,
enterraré los nombres,
los rótulos, la historia.
Iré rompiendo todo
lo que encima me echaron
desde antes de nacer.
Y vuelto ya al anónimo
eterno del desnudo,
de la piedra, del mundo,
te diré:
«Yo te quiero, soy yo».
Pedro Salinas, 1933
viernes, 27 de noviembre de 2009
domingo, 15 de noviembre de 2009
La posmodernidad explicada a los niños
Una de las razones fundamentales por la que la escuela como institución y el mundo andan tan a la gresca es la refutación constante que el mundo hace de todo lo predicado sobre el mundo en la escuela. La escuela miente, no deliberadamente, pero sí en tanto en cuanto sus categorías, estructuras y relatos no abarcan ni explican el mundo, no nos permiten preverlo, conocerlo ni transformarlo. Los niños visitan fábricas en un mundo donde todo se produce en China, aprenden valores que no les permitirán sobrevivir en un entorno económico de competencia salvaje, les hablan del progreso a través de la libertad y el conocimiento en un entorno de miseria creciente, violencia y desigualdad. Los grandes del arte occidentales ya no emocionan a nadie o sólo a muy pocos, las vanguardias artísticas pasaron de ser una bofetada contra la sociedad burguesa a convertirse en otro canapé más de la sociedad de consumo. El futuro no nos lleva necesariamente a un mundo mejor, lo nuevo no es mejor que lo viejo ni supone siempre avances, el arte popular se divorció del académico, las vanguardias dieron paso al abismo; una vez rotos los puentes con la tradición, se quedaron mudos todos los artistas.
La posmodernidad significa que no hay dioses, ni genios, ni progreso. Interesa más de qué murió Mozart que entender sus sinfonías, se encuentran en un mismo museo Las Meninas de Velázquez, las de Picasso y sus versiones comerciales y publicitarias, se hacen conciertos barrocos a partir de canciones de los Beatles y versiones en heavy metall de Haendel o Couperin. Como prueba curiosa de esta época, semejante a la etapa última del Imperio Romano, en la que los dioses eran representados sin majestad alguna mostrando todos sus vicios, añado esta curiosa muestra que ya conocéis algunos de vosotros.
¿Esto es bueno o malo? Esa sería una cuestión moral, algo que el movimiento posmoderno considera fuera de lugar, pues no existen hechos, sólo interpretaciones.
La posmodernidad significa que no hay dioses, ni genios, ni progreso. Interesa más de qué murió Mozart que entender sus sinfonías, se encuentran en un mismo museo Las Meninas de Velázquez, las de Picasso y sus versiones comerciales y publicitarias, se hacen conciertos barrocos a partir de canciones de los Beatles y versiones en heavy metall de Haendel o Couperin. Como prueba curiosa de esta época, semejante a la etapa última del Imperio Romano, en la que los dioses eran representados sin majestad alguna mostrando todos sus vicios, añado esta curiosa muestra que ya conocéis algunos de vosotros.
¿Esto es bueno o malo? Esa sería una cuestión moral, algo que el movimiento posmoderno considera fuera de lugar, pues no existen hechos, sólo interpretaciones.
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