Una mañana de estas
vas a levantarte cantando
vas a desplegar tus alas
vas a elevarte en el cielo
Pero hasta que llegue esa mañana...
Dedicado a los ánimos caídos en este tiempo de vida esplendorosa.
Gracias de corazón, Jani: por tu pasión, por tu fuerza, por tu dulzura y por tu entrega. ¡Por elevarnos!
ALEH
jueves, 26 de agosto de 2010
MANIFESTA 8. BIENAL EUROPEA DE ARTE CONTEMPORÁNEO
Las dos ciudades principales de la región, Murcia y Cartagena, van a ser sedes de la Bienal Europea de Arte Contemporáneo Manifesta 8. Es un proyecto que va a aunar un conjunto de exposiciones de artistas de diferentes nacionalidades y nos va a permitir visitar algunos de los edificios más emblemáticos de las dos ciudades, por ejemplo, el antiguo edificio de correos, del cual sólo conocemos su fachada, ya que ha estado cerrado y en desuso los últimos 30 años. Junto a las exposiciones y el interesante itinerario trazado para visitar las diferentes sedes de exposición, Manifesta 8 nos va a ofrecer un arte muy dinámico a través de las diferentes performances y un ambicioso programa educativo. El eje que cohesiona y da sentido a este proyecto son las relaciones entre Europa y el Norte de África. (El programa de la Bienal está disponible en la web: www.manifesta8.com)
Suena bastante natural la presentación que he hecho en el párrafo anterior, incluso parece habitual que semejante proyecto suceda aquí, en la Región de Murcia. Nada más lejos de la realidad, la generación que ya comenzamos a rozar la 30, hemos asistido a una muy lenta apertura de la Región a los diferentes ámbitos artísticos, hemos asistido a una también lenta modernización de las ciudades, a la restauración de diferentes espacios que se han convertido en provisionales salas de arte, a la creación de nuevos espacios, pero recordarnos también a Murcia y Cartagena como dos ciudades ajenas al mundo del arte, ajenas a la restauración y conservación de sus restos arqueológicos, ajenas al desarrollo del pensamiento y a la reflexión sobre cuestiones que afectan a su desarrollo social, por ejemplo la obvia convivencia de diferentes culturas en nuestra rutina diaria y en nuestros espacios, que evidencian el mestizaje artístico y cultural de otras épocas. Somos, por lo tanto, varias las generaciones que descubrimos nuestra historia en los libros de texto antes de reconocerlas en las señas que nos ofrecía nuestra entorno. Supongo que este anhelo hace posible un proyecto como Manifesta 8, que nos enriquece y nos acerca precisamente a la manera en que no pudimos reconocernos, a una historia y un arte vivos, a una cultura en desarrollo que crece y se reconoce como tal. Por esto, Manifesta 8 es mucho más ambicioso de lo que aparenta su programa. Representa, en mi opinión, un buen síntoma de este proceso de apertura artística hacia nuevas propuestas y un nuevo espacio de reflexión.
A. Arroyo Montoro
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